Su dieta puede ser útil para controlar su enfermedad inflamatoria intestinal (EII) durante los brotes y los períodos de remisión. Su equipo de atención médica, incluido un nutriólogo que se especializa en EII, puede recomendar una dieta particular basada en sus síntomas.
Si bien varias dietas especializadas pueden ser útiles para algunos pacientes con EII, no se ha demostrado que ningún plan prevenga o controle la EII.
Las dietas especializadas en EII a menudo se debaten en la comunidad médica porque no funcionan en todos los casos y pueden ser restrictivas, lo que puede conducir a la pérdida de peso o la desnutrición. La mejor dieta es aquella que satisface sus necesidades nutricionales individuales y lo ayuda a controlar sus síntomas de EII.
No intente una de estas dietas hasta que discuta un plan con su médico o nutriólogo.
Dietas de exclusión de carbohidratos
Estos planes de dieta limitan o excluyen totalmente los granos, la fibra y ciertos azúcares. Existen algunos tipos diferentes de dietas de exclusión de carbohidratos, incluida la dieta específica de carbohidratos.
Este plan alimenticio elimina todos los alimentos refinados y procesados, junto con soja, lactosa, azúcar de mesa y granos. Ciertas verduras también se eliminan, además de las papas y maíz. Esta dieta puede hacer que su cuerpo tenga poca vitamina B, calcio, vitamina D y vitamina E, así que manténgase en contacto cercano con su equipo de atención médica para asegurarse de que se mantenga nutricionalmente saludable.
Dieta mediterránea
Rica en fibra y alimentos de origen vegetal, como aceite de oliva, lácteos bajos en grasa, hierbas y especias. Hay poca o ninguna carne roja en esta dieta, mientras que las aves de corral, los huevos, el queso y el yogur se recomienda con moderación.
Dieta baja en fibra
Esta se recomienda para ayudar a reducir los calambres y las deposiciones al disminuir la ingesta de fibra. Eso significa evitar verduras de hoja verde, nueces, semillas, palomitas de maíz, granos enteros y frutas crudas con cáscaras.
Comer una dieta baja en fibra puede ser especialmente útil cuando tienes una estenosis u obstrucción intestinal, o después de una cirugía cuando tu intestino puede necesitar un poco más de tiempo para recuperarse antes de seguir una dieta regular.
Dieta baja en FODMAP
FODMAP es un acrónimo de fermentable, oligo, di, monosacáridos y polioles. El lenguaje puede parecer complicado, pero es una dieta que reduce un grupo de azúcares que el tracto gastrointestinal puede absorber mal. Esto incluye alimentos que contienen fructosa, lactosa, polioles de azúcar (sorbitol y manitol), fructanos (que se encuentran en ajo, puerros, alcachofas y trigo) y galactooligosacáridos (que se encuentran en lentejas, garbanzos y frijoles negros).
Una alimentación baja en FODMAP puede reducir los síntomas de la EII, pero la investigación no respalda su uso para reducir la inflamación de la EII. Por lo general, esta dieta no se recomienda si tiene un brote, pero puede ser útil si tiene problemas con los gases y la hinchazón. Un nutriólogo puede ayudarlo a identificar cuáles de estos azúcares parecen empeorar los síntomas y qué alimentos pueden reintroducirse sin exacerbar los síntomas.
Dieta libre de gluten
Esta elimina el gluten, una proteína que se encuentra en los productos alimenticios de trigo, cebada y centeno. Algunos pacientes con EII han descubierto que una alimentación libre de gluten reduce sus síntomas, pero los investigadores no han demostrado que reduzca la inflamación de la EII.
Hay algunos riesgos para su nutrición con esta forma alimenticia. Los productos sin gluten carecen de algunos nutrientes necesarios, y a menudo son más altos en grasa, lo que puede conducir al aumento de peso. Es posible que su médico quiera examinarlo para detectar la enfermedad celíaca antes de comenzar una dieta libre de gluten.