¿Sabes qué es la permeabilidad intestina? En este artículo te presentamos información relevante sobre el síndrome de Leaky Gut.
El síndrome de Leaky Gut, también llamado síndrome del intestino permeable, la hiperpermeabilidad intestinal es el paso anormal de partículas grandes a través de la pared del intestino. Esta desregulación de la permeabilidad del intestino conduce a trastornos más o menos molestos.
¿Cómo funciona nuestro intestino?
Ubicado entre el estómago y el intestino grueso (colon), el intestino delgado, que mide aproximadamente 5-7 m de largo y 3 cm de ancho, ayuda a digerir los alimentos que ingerimos. Su función es absorber el agua y los nutrientes de nuestros alimentos. Su membrana mucosa constituye una barrera entre el medio interno y el medio, y permite seleccionar las sustancias que ingresarán al organismo. El intestino, además de su función de digestión y absorción, debe evitar que las sustancias no deseadas (patógenos, alérgenos, toxinas) presentes en el intestino entren en el organismo.
El intestino parece un tubo grande doblado sobre sí mismo y cubierto de vellosidades intestinales, que son pequeños pelos de menos de un milímetro de altura. En estas vellosidades intestinales, hay una capa de células llamadas enterocitos. Debajo hay un tejido de soporte atravesado por innumerables vasos sanguíneos microscópicos. Los enterocitos producen enzimas que terminan descomponiendo moléculas grandes (proteínas, carbohidratos, lípidos) en moléculas más pequeñas (aminoácidos, azúcares simples, ácidos grasos) que luego pueden absorberse y pasar al torrente sanguíneo.
La permeabilidad del intestino
Si la barrera del intestino delgado permite que lo esencial para su funcionamiento pase al cuerpo, normalmente es capaz de evitar el paso de moléculas no deseadas como bacterias o moléculas extrañas. El paso de alimentos, agua y minerales se realiza a través de los enterocitos. Entre cada enterocito, hay un espacio cuyo papel es muy importante y que se denomina unión estrecha. Este espacio tiene una función esencial: controla la permeabilidad del intestino. Normalmente, las uniones estrechas actúan como una barrera para las moléculas que no se han digerido lo suficiente y, por lo tanto, son demasiado grandes y dañinas.
Cuando se alteran las uniones estrechas (por patógenos, por ejemplo), permiten el paso de macromoléculas (de origen alimentario o bacteriano). Hablamos de hiperpermeabilidad intestinal (o hipermeabilidad intestinal) cuando hay paso de proteínas alimentarias en cantidades excesivas. La permeabilidad intestinal es un factor clave para desencadenar reacciones inflamatorias y enfermedades autoinmunes, porque promueve el paso anormal por el organismo, desde el tracto digestivo, de fragmentos de proteínas o antígenos que pueden desencadenar una respuesta del sistema inmune.
Zonulina, una proteína clave
Una proteína producida por el revestimiento intestinal, la zonulina participa en la regulación de la permeabilidad intestinal. Puede ser el objetivo de toxinas producidas por bacterias patógenas o ser perturbado por ciertos químicos ambientales (disruptores endocrinos o pesticidas) y por los alimentos. Sin embargo, cuando aumenta la producción de zonulina, aumenta la permeabilidad intestinal. La desregulación de la zonulina puede ser la causa de muchos trastornos (autoinmunidad, inflamación, neoplasia).
El impacto de la hiperpermeabilidad intestinal en la salud
Una de las funciones importantes del tracto gastrointestinal es proporcionar una barrera dinámica para controlar estrictamente el tráfico de antígenos, especialmente a través de uniones estrechas y la intervención de zonulina. Cuando se altera la regulación de la zonulina, pueden desarrollarse enfermedades autoinmunes porque las moléculas atraviesan la barrera intestinal cuando no deberían. El sistema inmunológico responde a los anticuerpos que contribuyen a la disfunción inmunológica y al desarrollo de enfermedades autoinmunes. Esta porosidad intestinal mantiene la inflamación crónica y está involucrada en muchas patologías como alergias, intolerancias alimentaria (por no hablar del hígado, que se enfrenta a una sobrecarga de trabajo para desintoxicar el organismo).
Fue en la década de 1980 cuando el doctor Jean Seignalet (1936-2003) sugirió que las enfermedades autoinmunes surgen sobre un terreno genético particular, en un contexto de hiperpermeabilidad intestinal y en presencia de un desencadenante original bacteriano, tóxico o alimenticio. Para el Dr. Seignalet, reducir la permeabilidad intestinal y los alimentos que la desencadenan reduciría la incidencia de enfermedades autoinmunes.
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