La Endoscopia desempeña un papel importante en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal. Es útil para excluir otras causas, diferenciar entre la colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, definir el alcance y la actividad de la inflamación, y también tiene indicaciones terapéuticas.
En el diagnóstico y seguimiento de estos pacientes, el estudio endoscópico tiene un importante rol como auxiliar a la evaluación clínica. Existen múltiples índices endoscópicos que ayudan a definir el tipo y nivel de la enfermedad, permitiendo el ajuste de tratamiento acorde a los hallazgos.
¿Qué es la Enfermedad inflamatoria intestinal?
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una enfermedad crónica que afecta al tubo digestivo, comprometiendo sólo la mucosa del colon.
En el caso de la colitis ulcerosa (CU) y pudiendo comprometer de manera transmural (todas las capas del intestino), cualquier segmento entre la boca hasta el ano, en el caso de la enfermedad de Crohn (EC).
En el 10% de los casos de EII el compromiso colónico no puede llegar a clasificarse claramente como CU o EC, denominándose colitis indeterminada.
La EII se caracteriza por alternar períodos de inactividad con períodos de actividad inflamatoria o crisis durante los cuales el paciente presenta síntomas que dependerán de la extensión y severidad de la enfermedad. El objetivo del tratamiento de la EII es disminuir la frecuencia e intensidad de las crisis e idealmente lograr la remisión clínica y endoscópica.
Para establecer el diagnóstico de EII es necesario tener una unidad diagnóstica con cuadro clínico. Así como hallazgos de laboratorio, radiológicos, endoscópicos e histológicos compatibles con la enfermedad.
Síntomas de la EII
En cuanto al cuadro clínico, la presencia de diarrea con sangre es el síntoma más característico de la CU. Mientras que en la EC el síntoma principal es el dolor abdominal.
La ileocolonoscopía desempeña un papel fundamental en el diagnóstico y seguimiento de la EII, permitiendo el diagnóstico diferencial con otras patologías, evaluar la extensión de la enfermedad, el grado de severidad, monitorear la respuesta al tratamiento y evaluar y tratar las complicaciones.
Manifestaciones clínicas en Colitis Ulcerosa
La CU se caracteriza por la presencia de inflamación crónica de la mucosa del colon, que se inicia en el recto y se extiende hacia los segmentos proximales, manifestándose mediante tres tipos principales de compromiso:
- Proctitis: el compromiso de la CU se encuentra limitado al recto (15cm desde el esfínter anal). En ocasiones el compromiso puede extenderse hasta sigmoides catalogándose como proctosigmoiditis dada su importancia en relación con el tratamiento.
- Colitis izquierda: inflamación de la mucosa desde el recto hasta el ángulo esplénico.
- Colitis extensa: el compromiso se extiende en forma continua desde el recto hasta más allá del ángulo esplénico. Pancolitis: el compromiso se extiende en forma continua hasta el ciego.
En el 15-20% de los casos de colitis extensa se puede observar ileitis distal. Durante la evolución de la enfermedad un tercio de los pacientes con colitis distal puede presentar extensión del compromiso hacia proximal.
Las manifestaciones clínicas de la CU incluyen evacuaciones líquidas con sangre y/o mucosidad, dolor abdominal, fatiga y síntomas rectales como sensación de evacuación incompleta, urgencia y/o incontinencia fecal. La presentación clínica estará determinada por la extensión del compromiso en el colon y la severidad del cuadro.
En la colitis extensa los pacientes presentan deposiciones líquidas con sangre asociada a molestia o dolor abdominal; cuando se sospecha de proctitis predominan los síntomas rectales. En el caso de crisis moderada a severa, la manifestación principal es diarrea con sangre, con una frecuencia habitualmente de 6 deposiciones o más al día, asociada a manifestaciones sistémicas como fiebre y taquicardia.
Manifestaciones clínicas en Enfermedad de Crohn
La EC puede comprometer cualquier tramo del tubo digestivo, siendo su localización más frecuente el íleon. Se trata de una enfermedad transmural que puede manifestarse con características inflamatorias, estenosis o fistulizante.
Sus manifestaciones clínicas dependerán de la localización de la enfermedad, el comportamiento y la severidad del cuadro. El inicio de la enfermedad en edades más tempranas se considera un factor de riesgo dado que se asocia a fenotipos más agresivos.
Los síntomas de presentación de la EC son muy variados, pero comúnmente incluyen dolor abdominal, pérdida de peso y/o diarrea crónica.
El escenario más frecuente es un paciente joven con dolor abdominal en el cuadrante inferior derecho asociado a baja de peso. La fatiga y la anorexia son síntomas comunes. En pacientes con compromiso de colon la manifestación clínica es similar a la CU presentándose con diarrea con sangre y/o mucosidad junto con síntomas rectales en el caso de proctitis.
Hasta un tercio de los pacientes presentan enfermedad perianal que se manifiesta clínicamente con dolor, descarga perianal y formación de abscesos, provocando en algunos casos incontinencia.
En el examen físico se evaluarán los signos de compromiso sistémico, desnutrición, deshidratación o anemia. En el examen abdominal se debe evaluar la presencia de dolor abdominal y la existencia de masa palpable en el cuadrante inferior derecho, que representa asas intestinales y/o mesenterio engrosado o un absceso.
El examen de la región perianal debe ser rutinario en pacientes con sospecha o diagnóstico de EC, pudiendo observar lesiones como fisuras y/o fístulas con o sin abscesos.
Hasta el 35-40% de los pacientes presentan manifestaciones extraintestinales, principalmente articulares, cutáneas u oculares, que incluso pueden preceder al diagnóstico de EC en el 25% de los casos.
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