Los síntomas asociados con el cáncer de estómago a menudo son inespecíficos. Cuando se sospecha la enfermedad, se deben realizar varios exámenes para confirmar o refutar este diagnóstico.
Los síntomas
El cáncer de estómago es un tumor que causa pocos síntomas.
El dolor epigástrico (en el área de la boca del estómago) y la pérdida de peso progresiva son los signos más comunes. Sin embargo, estos síntomas no son específicos de esta enfermedad.
Cuando está más avanzado, el tumor puede provocar otros signos: vómitos, hemorragia y por tanto anemia … La perforación del estómago es una posible complicación que puede revelar la enfermedad.
La ubicación del tumor también puede ser responsable de síntomas específicos: el cáncer en la parte superior del estómago puede provocar dificultad para tragar (disfagia), mientras que el cáncer en la parte inferior puede provocar un estrechamiento local responsable del dolor y los vómitos.
Diagnóstico
El examen clínico permite identificar signos generales como pérdida de peso, dolor epigástrico, etc.
Cuando la enfermedad está avanzada, el médico puede identificar otros signos clínicos, como una gran masa en el estómago o el hígado, la presencia de grandes ganglios linfáticos … Si el médico sospecha de cáncer gástrico, sugerirá realizar una endoscopia.
Endoscopia
La endoscopía permite examinar toda la superficie interna del sistema digestivo superior (esófago, estómago, duodeno) para identificar la presencia de posibles lesiones.
Consiste en introducir un sistema óptico fino y flexible (el endoscopio) en el estómago, pasando por la boca del paciente. El sistema óptico está acoplado a instrumentos pequeños que permiten tomar pequeñas muestras (biopsia) si se descubre una lesión sospechosa.
No es doloroso, ya que el examen se puede realizar bajo anestesia local y sedación endovenosa. En todos los casos, el paciente no debe comer ni beber durante las seis horas anteriores al examen.
Después de la endoscopia, las biopsias se analizan al microscopio. Su examen permite saber si las células que componen la lesión detectada son normales o cancerosas.
La evaluación de la extensión
Cuando se confirma el diagnóstico de cáncer gástrico, es necesario evaluar qué tan lejos se ha diseminado el cáncer al resto del cuerpo. A esto se le llama evaluación de extensión. En definitiva, permite determinar qué tratamiento será el más adecuado para el paciente.
Esta evaluación comienza con una entrevista y un examen clínico estándar. Luego se realiza sistemáticamente una tomografía computarizada de todo el tórax, abdomen y región pélvica.
Esta prueba de imagen proporciona información sobre la posición del tumor dentro del estómago y en relación con los órganos vecinos. También permite detectar una posible extensión local o regional del cáncer, en particular en el hígado o los pulmones.
La tomografía computarizada debe realizarse con el estómago vacío (mínimo 6 horas), después de ingerir de 1 a 1,5 litros de un producto de contraste líquido para visualizar mejor el tracto digestivo en la imagen.
En los raros casos en que los resultados de la tomografía computarizada no son suficientes para descartar claramente la presencia o no de metástasis, se prescribe además una resonancia magnética. Para evaluar la afectación de los pulmones, la tomografía computarizada de tórax a veces se reemplaza por una radiografía simple.
En pacientes menores de 40 años o con antecedentes familiares, se suele ofrecer una consulta oncogenética para averiguar si el tumor está vinculado a una predisposición genética.
¿Dónde realizarse una valoración médica?
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