La microbiota intestinal y su relación con las emociones

mayo 17, 2021

Nuestro sistema digestivo está lleno de bacterias que se agrupan bajo el nombre de microbiota intestinal (antes llamada flora intestinal). Su función es permitirnos mantenernos en buen estado de salud actuando sobre nuestra digestión y nuestro sistema inmunológico.

Además de jugar un papel digestivo e inmunológico, la microbiota intestinal tiene un impacto importante en nuestro comportamiento y emociones, como por ejemplo, en las interacciones sociales o el manejo del estrés. 

Por tanto, los microorganismos del intestino son necesarios para el correcto desarrollo del sistema serotoninérgico del cerebro. La serotonina es el mensaje químico del estado de ánimo.

En roedores, también se ha demostrado que la microbiota intestinal tiene efectos sobre los comportamientos emocionales y sociales, como la ansiedad y la depresión.

Experimento microbiota-emociones

En el artículo publicado en Psychosomatic Medicine: Journal of Behavioral Medicine, investigadores de la Universidad de California (Los Ángeles) establecieron el perfil intestinal de 40 mujeres sanas utilizando muestras fecales. De igual forma, observaron los cerebros de estas mujeres usando escáneres de resonancia magnética mientras veían imágenes que iban a provocar respuestas emocionales en ellas. 

Las mujeres se separaron en dos grupos según la composición de su flora intestinal: 33 de ellas tenían más bacterias Bacteroides y las otras 7 tenían más Prevotella.

Grupo “Bacteroides”

En este grupo, se observó que el grosor de la materia gris en la corteza frontal e insular, dos regiones involucradas en el procesamiento de la información, fue mayor. El hipocampo, una región involucrada en la memoria, también tenía un volumen mayor.

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Grupo “Prevotella”

En este grupo hubo más conexiones entre las regiones del cerebro involucradas en las emociones, la atención, los sentidos, mientras que el volumen de ciertas regiones como el hipocampo fue menor. Cuando las mujeres de “Prevotella” miraban imágenes negativas, su hipocampo estaba menos activo

En este grupo también se registraron niveles más altos de sentimientos negativos como ansiedad, angustia e irritabilidad después de ver las imágenes negativas, a comparación de los resultados de las participantes del grupo “Bacteroides”.

Estos resultados refuerzan la idea de que existen interacciones entre el cerebro y el intestino en los seres humanos y podrían conducir a cambios significativos en la forma en que pensamos sobre las emociones humanas.

Uno puede imaginarse mejorando el estado de ánimo de alguien cambiando su microbiota intestinal, lo que podría prevenir los efectos secundarios de los antidepresivos y ansiolíticos.

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